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Ruta por las abadías de las Scottish Borders

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Visitar las abadías de las Scottish Borders de Escocia es toda una experiencia y algo que no debes perderte bajo ningún concepto. No hay por qué irse hasta las Highlands o sólamente centrarse en la ciudad de Edimburgo para disfrutar de una verdadera experiencia escocesa. Esta nación tiene muchísimo que ofrecer y más opciones de las que te imaginas. Una las zonas más olvidadas son, sin duda, las Scottish Borders. Se trata de una región al sur del país que, como su nombre bien indica, hace frontera con Inglaterra. Este lugar esconde su turbio pasado a través de apacibles y bellos paisajes que te acompañarán durante toda la ruta.

Sin embargo, rastros de este tiempo pretérito aún son palpables en los diferentes castillos, abadías y casas señoriales que se encuentran desperdigados por toda la geografía. También en las antiguas tradiciones aún presentes como el Common Ridings, un festival de cabalgada que tiene el honor de ser el más antiguo del mundo.

Nosotros nos queremos centrar en las abadías, en concreto dos de las más importantes que forman el Circuito de las Abadías de los Borders el cual realizamos una lluviosa mañana de marzo.

Abadía de Melrose.

Abadía de Melrose

La primera razón de nuestro viaje fue la fotogénica Abadía de Melrose, fundada por David I en 1136 para la Orden Cisterciense. El ejército inglés de Ricardo II la atacó y destruyó en gran parte en 1385. A pesar de ser varias veces reconstruida, a mediados del siglo XVI la abadía quedó seriamente afectada debido a los ataques devastadores que, una vez más, los ingleses infligieron a toda Escocia para presionar el matrimonio entre María Estuardo y el hijo de Enrique XVIII. Desde entonces ya nunca más fue rehabilitada y cayó en el estado de abandono que presenta en la actualidad.

Se encuentra rodeada por un apacible cementerio repleto de césped. Entre lápidas y tumbas, se pueden vislumbrar algunos restos de los cimientos de otros edificios del complejo. En lo que queda del claustro podrás encontrar una pequeña piedra que marca el lugar donde, en unas excavaciones efectuadas en el año 1996, salió a la luz un pequeño cofre de plomo. Aunque el cofre no se llegó a abrir, se sospecha que contiene el corazón de Robert de Bruce, antiguo rey de Escocia.

La entrada a la abadía es totalmente gratuita aunque una donación siempre es bienvenida. También disponen de audio-guías gratuitas y es posible subir hasta la torre (o lo que queda de ella) para disfrutar de las estupendas vistas de la campiña que la rodea. Si te fijas bien podrás descubrir una gárgola con forma de cerdo tocando la gaita escocesa.

Del pueblo de Melrose no tenemos mucho más que decir, es un pequeña villa de estilo georgiano construida en 1807 que pudimos recorrer en 10 minutos. Lo que si merece la pena destacar son el Harmony y Priorwood Gardens, situados muy cerca de esta abadía.

El Harmony Garden acoge un jardín repleto de toda clase de plantas y flores, además de un huerto de hortalizas y frutas. Si lo deseas, puedes comprar algunas piezas de estos vegetales que estón a la venta en la entrada. El Priorwood Garden, por su parte, alberga un huerto de varios manzanos de diferentes variedades históricas. También acoge una cabaña en la que aprender del aromático y colorido arte tradicional del secado de flores.

Gárgola de un cerdo tocando la gaita en la Abadía de Melrose..

Abadía de Jedburgh

Nave central de la abadía de Jedburgh.

Como ya habíamos visto todo lo necesario en Melrose, tomamos un bus hasta el cercano pueblo de Jedburgh con la compañía First para proseguir con nuestra ruta. Allí, sin tiempo que perder, nos lanzamos a visitar las segundas ruinas del día. La Abadía Agustina de Jedburgh se fundó como priorato en el siglo XII y se construyó en estilo románico y gótico temprano. Nada más acceder al recinto te encontrarás con una pequeña exposición que te sitúa en contexto de la historia del lugar antes de pasar a visitar la abadía propiamente dicha.

Al igual que ocurrió con la abadía de Melrose, debido a su situación fronteriza con Inglaterra ha sido blanco frecuente de numerosos ataques de ejércitos invasores. En el turbulento periodo comprendido entre los siglos XV y XVI se desarrolló en Escocia, el edificio fue dañado en multitud de ocasiones y la llamada reforma protestante supuso el punto y final para esta abadía, actualmente en estado de ruina.

Una leyenda muy famosa cuenta que durante la boda de Alejandro III, en este lugar, se le apareció al monarca un fantasma que anunciaba su propia muerte. Un año más tarde murió al caer de su caballo. ¿Será cierto o sólo historias para asustar a la gente? Quien sabe. Lo único que nosotros podemos afirmar es que pasear por lo que queda de la nave central y los jardines donde antes se ubicaba el claustro te transportaran a la época en la que los monjes se dedicaban a la vida contemplativa y la oración. La paz que se respira en este lugar es increíble.

Jedburgh es un pueblo pequeño, pero tiene algo más que ofrecer al turista aparte de la abadía. Perderse entre los edificios, patios y plazas con encanto es la mejor forma de disfrutar de esta villa. Paseando por sus calles, más pronto que tarde, encontrarás otro de sus principales atractivos: La Casa de María Estuardo.

Vista de la abadía de Jedburgh.

Casa de María Estuardo en Jedburgh.

Desde este lugar, la reina mantuvo en vilo a todos los escoceses durante unas cuantas semanas ya que sufrió un accidente al caer en un pantano desde su caballo. Enfermó muy rápidamente llegando a duras penas hasta esta casa donde se alojó. Tras un largo periodo de tiempo, finalmente se recuperó de sus fiebres y temblores. Ahora el lugar se puede visitar y hay varios objetos que presuntamente pertenecieron a la reina. El lugar no es muy espectacular y las exposiciones no son algo imperdible. Creemos que es más interesante la estructura y arquitectura de la casa que el museo que contiene.

Para terminar, calle arriba y en la cima de una colina, se encuentra el Castillo Cárcel de Jedburgh, del siglo XVIII. Este lugar alberga hoy un museo que representa cómo era el día a día de un preso. Es también uno de los puntos clave de Escocia para los cazadores de fantasmas debido a las numerosas leyendas sobre apariciones que rodean esta fortificación. Nosotros, por ahora, no vamos a comprobar si las historias son ciertas. Preferimos dejarlo para otra ocasión 😉

Pero antes de irte no te pierdas esta entrada con algunos datos curiosos de Escocia.

Mira el vídeo de las Abadías
de las Scottish Borders en
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